Es nativo de la región andina de América del sur, pero es cultivado como un frutal menor en diversas regiones. En algunos países es común encontrarlo en jardines de casas, donde utilizan sus frutos para preparar salsas para el consumo doméstico. También es conocido como el “tomate chino”.

Los frutos de este árbol (betaceum Solanum o Cyphomandra betacea) son carnosos, de forma ovalada o elíptica y de color amarillo, naranja o púrpura con un sabor agradable. Su pulpa es ligeramente ácida, aromática y rica en vitaminas y minerales.

En las regiones andinas el tamarillo es cultivado en sectores con altitud de 1.000-2.800 msnm. Es un frutal adaptado a climas de temperatura moderada (promedio anual entre 15 y 25 ºC).

En la región andina se recomiendan climas de temperatura promedio de entre 17 y 19ºC. Es sensible a heladas severas, por lo que presenta algunos problemas de adaptación en regiones de clima mediterráneo, y a -2 ºC hay muerte de ramas pequeñas y hojas maduras.

El tamarillo es importante para el organismo humano porque:

• Es una fruta baja en calorías y rica en fibras
• Es considerado como una de las frutas que fortalecen el cerebro
• Contribuye a curar migrañas y cefaleas severas
• Muy apreciado por sus beneficios sobre la piel
• Posee sustancias como el ácido gamma amino butírico que baja la presión arterial
• Se aplica para tratar las afecciones de garganta
• En ayunas resulta beneficioso para paliar los síntomas de la gripe
• Ayuda a prevenir y reducir el riesgo de padecer enfermedades degenerativas, cardiovasculares y el cáncer, gracias a su alto contenido de antioxidantes
• Ayuda en la absorción del hierro

El tamarillo se puede consumir de las siguientes maneras:

• Combinando la pulpa con azúcar
• En ensaladas (rodajas)
• En jugo
• En batidos
• En gelatinas
• En mermeladas
• En salsas
• En cócteles
• En helados
• En infusiones

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